Porque Copiamos, aunque no queramos

Vivimos rodeados de modelos que no elegimos: formas de trabajar, de vestir, de relacionarnos, de “ser alguien”.
A veces seguimos todo eso sin pensarlo… porque pensar duele más que imitar.

Pero copiar tiene un costo: te aleja de vos mismo.

Acá no vamos a moralizar.
Solo a entender por qué hacemos lo que hacemos,
y cómo volver a decidir por cuenta propia.

Si estás cansado de repetir sin saber por qué, quedate.
Podés empezar a elegir distinto.

Por qué copiamos sin darnos cuenta

Copiamos para pertenecer, para evitar el juicio, para no sentirnos menos.
Copiar es una defensa: te da un guion cuando no sabés qué decir.

Señales de que estás copiando la vida de otro

  • Sentís que haces cosas “porque todos lo hacen”.

  • Cambias gustos, planes o ideas según quién tengas al lado.

  • Te comparas todo el tiempo.

  • Tenés éxito… pero no lo disfrutas.

  • Vivís con miedo a “no dar la talla”.

Qué podes hacer HOY

Pequeños movimientos que cambian todo:

  • Preguntate: “¿Esto lo quiero yo o lo quiere el mundo?”

  • Probá elegir algo aunque no esté “de moda”.

  • Dejá de seguir a modelos que te hacen sentir menos.

  • Hacé algo solo porque te gusta, aunque sea raro.

  • Permitite equivocarte sin testigos.

Dejar de copiar no es rebelarse.
Es volver a escucharte.

Preguntas que ordenan

  • ¿Qué estoy copiando para no sentirme solo?

  • ¿Qué parte mía quedó tapada por “lo que hacen todos”?

  • ¿Qué me gustaría hacer si nadie opinara?

  • ¿Qué decisión sería realmente mía?

La originalidad no es inventar algo nuevo.
Es animarte a elegir lo que te hace bien.